Ni que fuera para tanto [libre]

Al parecer había hecho bien con aquellos hechizos dememorizadores y James no había contado nada a nadie acerca de lo ocurrido en los comedores. Y aun más extraño era, que madame pomfrey también le había sanado sin dejar rastro alguno de aquel combate.

-Sarah, te confesare algo que ocurrió hace unos días en el Gran Comedor. Ah y por cierto, tanto James como Harold me tienen sin cuidado, quizá Harold sea su hermano, pero no permitiré que se pase de listo, no conmigo.

Aclaro la garganta antes de comenzar a hablar.

Quería escuchar lo que Lucius tenía para decirme, así que me controlé para no decir nada acerca de provocar a Harold. Me nteresaba más escuchar lo que había sucedido entre Lucius y James.

- Bueno, cuéntame qué es lo que hicieron ahora - le dije al chico mientras me acomodaba de lado sobre la cama

Cerró los ojos durante unos momentos, no sabía cómo reaccionaría su amiga, pero ya no aguantaba, tenía que decírselo a alguien. Una vez abrió los ojos, le miro a los ojos y dijo.

-Le lance una maldición imperdonable a James, un crucio. Aunque... desmemorise a todos, incluyendo a James pero ya estoy arto.

Admitió mientras se mantenía a la espera de la reacción de su compañera Sly, eso no era cualquier cosa, si había logrado salvarse, pero una maldición imperdonable ya eran otras palabras.

-¡¡¿¿Hiciste qué??!! ¡Acasó estás loco Malfoy! Debiste de pensar antes de hacer algo así, eres un idiota ¿tú crees que en Hogwarts un obliviate va a servirte? - respiré profundamente antes de decir algo más, yo, a diferencia de Malfoy, no iba a dejarme llevar por un impulso - ¿cómo pudiste hacer algo así? Aunque sea Potter debiste tener cuidado Lucius, no puedes ir por ahí lanzando maldiciones imperdonables, es estúpido y de verdad espero que no te atrapen, no quiero saber lo que harán contigo si lo hacen

-A los alumnos les quite todos los recuerdos de la pelea, solo vieron a Potter tendido en el suelo con algo de sangre resultado de los golpes que le di, y ah Potter solo hasta el crucio, no ah dicho nada, debe creer que se dio un mal golpe y quedo inconsciente...

No termino su oración, aunque la reacción de su amiga fue la esperada, él no estaba tan preocupado, al menor indicio de que algún maestro se enterase, se largaba de ahí con Lord Voldemort, pero el punto no era ese, si no lo que harían con James, la siguiente que se cruzaran seguro se iba a desatar otro enfrentamiento, y una vez le sacaban de sus casillas, todo podía pasar.

Negué con la cabeza, pero me di cuenta de uqe no valía la pena discutir esto con Malfoy, era obvio que él no podría resistir el impulso de dañar a James, incluso en medio del Gran COmedor.

- COmo quieras Lucius, pero a ver si de ahora en adelante piensas las cosas con más calma,q ue no vale la pena dejarte llevar por un impulso. James Potter no vale tu expulsión o tu ingreso a Azkaban, recuérdalo

No podía evitar el sermón, pero se había acostumbrado a ello, si no venía de los profesores, era de alguien más, pero con el tiempo había aprendido a ignorarlos.

-Si lo sé Sarah, pero vamos, no le dirás a tu novio Harold o sí?

Cuestiono mirándole, no tenía miedo alguno si se trataba de alguien, pero tener a los dos Potter contra él no iba a resultarle nada fácil, si bien aquel par de hermanos se encontraban en grupos opuestos, el mayor protegía a su hermano, a tal grado que nadie con excepción de él se le acercara, ya fuera porque temían a James y su grupo o porque le tenían miedo a Harold y su grupo.

Por un segundo lo pensé, debería de decirle a Harold, ya que alguien tenía que darle una lección a Lucius, pero por otro lado, yo creía que ya Harold tenía muchos problemas con James, para qué aumentarle uno más. Mejor que las cosas quedaran como estaban.

- No le diré nada, Lucius, pero espero de verdad que empieces a pensar mejor las cosas, que seguir con las redencillas con Potter no te van a llevar a ningún lado - le aconsejé al chico seriamente.

Bufo tras escucharle, tenía un poco de razón, debía aprender a controlarse ante James, pero aquel Gryffindor siempre encontraba la forma de hacerlo estallar, en varias ocasiones había pensado lanzar un hechizo más mortal que un Crucio, pero claro no era tan idiota.

-Mientras que James no se meta conmigo, no tendremos problemas, tu bien sabes que yo no soy él tipo de chico que busca problemas.

Dijo esto último como si fuese un alumno de primero regañado, y tras hacerlo se tumbo de nuevo en la cama, regresando a ser aquel chico tranquilo y serio, en lugar del frio y seco que había visto minutos atrás.

Eso sí lo sabía, a Lucius no le gustaba meterse en los asuntos de los demás, o al menos si esos asuntos no le incumbían o le afectaban. Me reí al oír su tono de niño regañado y mis risas aumentaron al verlo acostarse en la cama de al lado, yo me levanté y me quedé sentada mientras lo miraba.

- Vaya, hasta que oigo un comentario maduro y razonable de tus labios Malfoy - dije con una sonrisa burlona en mis labios

Sonrió sin abrir los ojos, que acaso se creía más madura que él? eso le provocaba gracia, pero posiblemente podía ser cierto, aunque a decir verdad no le interesaba saberlo, tenía otras cosas en la cabeza, muchas otras.

-Y cuéntame chica madura, que hay de nuevo en tu vida? me eh enterado de que serás la nueva señora Potter.

Dijo esto conteniéndose las ganas de reírse, y abrió los ojos una vez mas solo para mirarle y ver la expresión que ponía.

En ese momento, volteé la mirada hacia él con un gesto por completo de sorpresa ¿cómo demonios se había enterado de ello. Harold y yo habíamos quedado en que no diríamos nada por ahora, y resulta que Malfoy lo sabe. Eso no me gustó nada.

- Cómo lo supiste, Malfoy? - pregunté seriamente, esperando que tuviera una buena respuesta para ello

Sonrió maliciosamente, él era Lucius Malfoy, podía saber lo que quisiera cuando quisiera, solo tenía que saber dónde buscar.

-Entonces es cierto? imagine que solo era un rumor mas...

Pregunto para reafirmarlo, todos en el castillo rumoreaban aquello, que si se casarían, que era solo una aventura, y demás.

Me mordí el labio, furiosa conmigo misma. Por eso odiaba ser impulsiva, por eso siempre intentaba pensar antes de hablar. Pero Lucius tenía que dar en el punto que me ponía nerviosa y ahora no había modo de lograr que no creyera eso.

Debía de ser demasiado astuta, más tratándose de Lucius, yo no quería que se supiera del compromiso, por lo menos no ahora. Pero siendo como es Lucius, sabía que el precio de su silencio sería caro.

- Lucius, por favor, no tiene caso que te lo niegue, pero por favor no digas nada - pedí sinceramente, sabiendo que haría falta algo más para cerrarle la boca.

Estaba en medio de una situación bastante interesante, por un lado, su parte buena le decía que no dijese nada, pero que va, él no tenía ni una gota de bondad dentro de sí, así que reincorporándose le miro a los ojos fijamente, mientras en su rostro se dibujaba poco a poco una sonrisa, entre buena y mala.

-No lo sé, digo, algo tan importante puede escaparse accidentalmente de mis labios...necesito algo para sellarlos...

Dijo como si fuera muy difícil mantenerse callado, claro que no iba a decir nada, pero era divertido jugar con las personas, en especial Sarah, de las pocas que se cobraban lo que él hacía.

Miré a Lucius intentando evaluar lo que me había dicho. Sabía que él lo diría nada más saliendo de aquí si yo no hacía algo para callarlo. Me mordí el labio sabiendo que cualquier cosa que Lucius me pidiera sería algo grande.

Me acerqué hasta donde estaba él, dejando mi rostro a escasos centímetros del suyo y luego hablé.

- te daré lo que quieras, Lucius, todo lo que me pidas a cambio de tu silencio - le prometí pero luego sonreí - pero claro, para asegurarme de que cumplirás tu parte, harás el juramento inquebrantable

El juramento inquebrantable, era una propuesta interesante sin duda, pero claro, ella tenia que hacer algo realmente bueno para que el hiciese aquello, no se iba a comprometer así sin mas, esperando que ella fuese sincera y en verdad hiciera lo que él quería. Sin quererlo, había transformado un simple juego, en algo que implicaba su vida de por medio.

-Demuéstrame que eres capas de hacer por mi silencio Sarah...

Menciono manteniéndose quieto, con la cara de ella a escasos centímetros de la zulla, podía sentir su respiración, y mantenía clavados sus ojos en los de ella.

En ese momento me pregunté si esto del compromiso valía hacer un trato con Lucius...al pensar en mi abuelo me di cuenta de que así era, no quería que de ninguna manera él se enterara sin que fuera yo quien se lo contara, y sabía que Lucius era capaz de decírselo él mismo si yo no hacía nada para evitarlo.

Sin darme un minuto para pensar, cubrí la distancia que había entre nuestros labios y lo besé fervientemente mientras lo acostaba en la cama y yo me quedaba a horcajadas sobre él. Seguí besándolo por un largo momento y luego me separé de sus labios algo jadeante.

- Tú pon tu precio, que haré lo que desees - contesté firmemente. Esto quizás estaba volando límites

Correspondió a su beso, y una vez se separo solo le miro a los ojos, sin ademan alguno, mientras sus manos viajaban a su cintura, y una vez allí le sujetaba con firmeza a la vez que se levantaba de la cama cargándole, y recostándola sobre la que tenían enfrente, quedando esta vez él sobre ella.

-Me conoces muy poco si crees que con un beso y palabras caeré...soy más astuto de lo que crees Sarah...

Y tras estas palabras roso sus labios como si fuera a besarle, pero nunca lo hizo, solo le dio una muestra que no llego a más, le tenía en sus manos.

Lucius respondió a mi beso y luego me tomó de la cintura para levantarme y llevarme a la otra cama, dejándome debajo de su cuerpo, completamente a su merced. Yo lo miré con una sonrisa algo burlona por lo que me había dicho.

- lo sé Lucius, el beso era sólo para comprobarte que haré lo que quieras, así que dime, ¿qué es lo que quieres de mí para que tú no digas nada al respecto de mi compromiso?

Ahora sí sabía que me estaba metiendo en una buena, ya que Lucius y yo nunca nos íbamos por la fácil y teníamos un carácter parecido en algunas cosas, y la verdad es que nos íbamos a asegurar por completo de que el otro cumpliera su parte del trato

Miro a su alrededor cerciorándose de que no hubiese nadie, y tras comprobarlo regreso su mirada a ella, su mano derecha subió por su cintura y llego hasta uno de sus pechos, pero solo detuvo su mano hay por una milésima de segundo, y después continuo subiendo hasta llegar a su mentón.

-Demuéstrame hasta donde eres capas de llegar, pero espero que sea algo bueno... Sonrió maliciosamente. -No are el juramento por nada...

La otra mano que aun estaba libre, bajo un poco hasta situarse en su pierna, pero pasando antes por su muslo.

Me quedé mirando fijamente a Lucius y pronto sentí como su mano me recorría de la cintura a mi mentón, pasando levemente sobre mi pecho, haciendo que mi cuerpo se estremeciera un poco bajo su mano. ¿Así que lo que quería era que me acostara con él? Bueno, no me parecía un precio muy alto.

- Si eso es lo que quieres, te lo daré Lucius, hoy a las nueve te veo en el pasillo del cuarto piso - le dije con mi más brillante sonrisa. Ya veríamos si se aparecía

Sin soltarle o moverse le miro a los ojos, valla que no había entendido su mensaje en lo mas mínimo, pero a cambio había obtenido otra cosa. Sexo? era tentador, pero él no quería eso, o no así, necesitaba saber que tan lejos llegaría ella por algo así.

-Sarah...sexo puedo tenerlo cuando quiera, y con quien quiera, yo quiero saber que estas dispuesta a hacer por mi silencio, cuáles son tus limites?...

Le planto un leve beso antes de quitarse de ella y regresar a su cama, recargándose en esta mientras le miraba fijamente.

Escuché lo que Lucius me decía y yo me quedé algo sorprendida, la verdad no entendía entonces qué quería. Lucius se levantó y se dirigió hacia la otra cama mientras yo me sentaba en la mía con las piernas cruzadas y lo vepia fijamente.

- Mira Lucius, ya te dije que lo que quieras que haga, lo haré y creo haberte ya demostrado que haré lo que sea así que déjate de jueguitos y dime ya qué demonios quieres, que no porque te estépiendiendo algo puedes jugar así conmigo - le advertí mientras lo miraba algo amenazante.

Arqueo la ceja al escucharle, valla que era malhumorada, aunque eso claro estaba, se le hacia gracioso a él. Le miro y de nuevo aquella sonrisa regreso a su rostro, de nuevo era el aquel chico despreocupado y que tanto hacia enojar a Sarah.

-Y si lo que quiero...es jugar contigo...

Menciono casi sin poner atención, estaba pensando en voz alta prácticamente, así que sus palabras podían llevar ideas erróneas respecto a lo que quería decir.