Odio la enfemería [Regulus]

Traté de no respirar y sentarme con calma mientras Madame Pomfrey me colocaba una venda en la mano luego de que tomara una poción de no se qué nombre para calmar la hinchazón. Había pasado toda la noche despierta tratando de dormir por el dolor insoportable de mi mano por la caída en el pasillo de Myrtle el otro día, pero era imposible así que hoy vine urgente a este horrible lugar. Y para colmo, me daba mareo el olor a alcohol y sangre así que trate de no respirar. Madame Pomfrey me dijo que ya podía irme y ella desapareció por un pasillo para ver a McGonagall.
Me quedé sentada en la camilla con las piernas colgando del borde mientras miraba por la ventana, tenía una hora libre antes de Pociones con Slytherin (qué mal) así que me quedaría aquí, en eso veo entrar a una persona.

Andaba dando vueltas por el castillo, ya que eso era precisamente lo que un prefecto tenía que hacer, así que recorriendo el pasillo llegue a la enfermería, por alguna extraña me gustaba estar en aquel lugar, bueno solo cuando no había gente ahí, así que entre pesando que no había nadie en ese lugar, al darme vuelta me percaté de que no era el único ahí, estaba una chica de Hufflepuff sentada en una de las camillas que había en el lugar-¿Qué haces aquí?- le pregunté fríamente como solía hacer con todos los que no fueran de Slytherin

Lo miré fijo mientras la rabia me invadía. ¿Quién se creía? Era solo un tonto Slytherin con el apellido Black. Y aunque mi padre me había dicho un millón de veces que no me meta o pelee con el porque habría problemas, hice lo que quise.
-No hay que ser muy inteligente para adivinar-le contesté

-Cierto- le dije haciendo una pausa-Talvez tú falta de coordinación te trajo aquí- le dije con tono burlón mientras miraba la venda que llevaba en su mano- Debí suponerlo o al menos ver tú mano antes de preguntar, pero que más da, no lo hice porque no eres lo suficientemente importante para mi- le dije mirándola fríamente, para después sentarme en una de las camillas que estaban enfrente de ella

¿Falta de coordinación? Lo que justamente le faltaba a él era falta de coordinación de cerebro. O quizás eran verdad mis sospechas, no tenía cerebro. Miré mi mano en cuanto la nombró. No era importante para mi tampoco así que mejor que se calle.

-Te crees la gran cosa-susurré entre dientes sin que me escuchara aunque guardé silencio mientras él se sentaba enfrente mío; no quería sonar amable ni nada por el estilo y menos con el pero la duda me comía el cerebro. Intenté que mi tono de voz tuviera indiferencia y frialdad-¿Y por qué estás aquí?

-Te equivocas- le dije haciendo una pausa sin mirarla- No me creo la gran cosa...simplemente lo soy- le dije con una sonrisa sabía que ese comentario la haría enojar y que hay mejor que molestar a una Hufflepuff-Y no soy como tú no necesito lastimarme para venir aquí- le dije con un tono burlón en mi voz

Apreté bien fuerte los dientes. El enojo por su alto ego crecía cada vez más, pero no me dejaría llevar por sus orgullosos comentarios. Me relajé un poco y miré por la ventana, luego se me ocurrió algo para decirle.
-¿Estás aquí porque necesitas un trasplante de cerebro y no quieres que tus tontos amigos Sly lo sepan?

-Al menos lo que tu llamas falta de cerebro me permite mantenerme a salvo y sin ningún tipo de herida o algo torcido- le dije soltando una risa- Además no tengo clase y tampoco tengo que estar vigilando los pasillos, aunque no tendría porque darte explicaciones- le dije mirandola

Menee la cabeza, lo sabía desde el primer día, todos los Slytherins eran iguales: tontos, engreídos y con el ego por las nubes, se creían lo más groso del mundo cuando no lo eran. Su arrogancia era tal que llegaba a un límite insoportable, y hasta su presencia te daba asco del orgullo que representaba. Así era una buena forma de describir a Regulus Black. Por eso prefería una y mil veces a su hermano Sirius.

-Es verdad, no necesito explicaciones-dije mirando a mi alrededor haber si venía Madame Pomfrey.

-Pues yo lo dudo en verdad demasiado- le dije al escuchar lo que me decía mientras termianaba por acostarme en la camilla mirando al techo sin decir ni una sola palabara para después sacar mi varita y comenzar a jugar con ella entre mis manos sabia perfectamente que eso la iba a estresar como le pasaba a muchas personas

Suspiré un poco impaciente, lo miré recostarse y juguetear con su varita, sabía que quería estresarme pero no lo haría, había soportado demasiadas manías de la gente y esta solo era una más.
-Oye ¿qué estas haciendo aquí?-le pregunté ahora en serio.