Un entrenamiento agotador [Linna]

Había terminado un entrenamiento intensivo de dos horas, y tenía los brazos completamente molidos. Me había empleado a fondo con las bludgers, y seguro tendría agujetas en un rato. Cuando acabé entré en los vestuarios y me di una larga ducha, que me refrescó y me reconfortó bastante.
Me puse el uniforme de Slytherin y salí de los vestuarios con aire distraído. La luz del sol bañó mi rostro, pero no me molestó en absoluto, ya que estaba atardeciendo y el sol empezaba a ponerse. Me quedé mirando el campo de Quidditch durante un rato, antes de decidir irme de allí con dirección al castillo.

Bendito entrenamiento de Quidditch!!! Amo los entrenamientos porque mi mente se concentra únicamente en el juego y no tengo que estar preocupándome en dónde está el idiota de Rabastan, que afortunadamente no está en el equipo.
Tras dos horas de arduo entrenamiento nos metimos a los vestuarios a ducharnos. Sarah y yo éramos las únicas chicas del equipo y ella dijo que se adelantaba para encontrarse con Harold. Me demoré un poco más, a propósito, no quería encontrarme con todo el mundo, la mayoría preguntaría por Rabastan y no quería hablar de él.
Cuando finalmente salí vi que Rod iba hacia el castillo, así que decidí jugar un rato con él... corrí silenciosamente hacia donde estaba y le tapé los ojos... ya debería saber que era yo, era la única que tenía esa mala costumbre...

Justo cuando estaba a punto de volverme sentí que unas manos tapaban mis ojos. Y ya conocía esas manos.
-Lynn, tienes que dejar de hacer eso -sonreí divertido sin darme la vuelta. Probablemente si hubiera sido cualquier otra persona mi contestación hubiera sido diferente. Más seca y fría con seguridad.
Me volví para mirarla esbozando una sonrisa.
-¿Qué haces aquí todavía? -pregunté- Pensé que todo el mundo se habría ido ya...

Cuando Rod dijo que debería dejar de hacer eso, solté una débil risita... todos me decían eso, pero no podía evitarlo... era costumbre, una mala costumbre.
Cuando preguntó qué hacía ahí aún, sonreí ampliamente - Tomaba un baño, es obvio... tengo que pasar más tiempo en la ducha porque esta escuela está llena de sangre sucias... y tengo que asearme bien, no vaya a ser que se me quede pegada la inmundicia - dije con una sonrisa particularmente malvada.
- y qué cuenta mi Lestrange favorito? - dije mientras lo abrazaba. De hecho Rod era como el hermano mayor que nunca tuve, siempre me escuchaba y se preocupaba por mí, aunque a veces creía que lo hacía porque se sentía algo culpable por cómo me trataba su "querido hermanito"

Sonreí ante su comentario. Me encantaba ese punto de ironía y mordacidad de Lynn. Y mi hermano era un estúpido por no ser consciente de lo que estaba perdiendo.
-Tienes razón... -convine mirándola- demasiado sangre sucia por aquí contamina el ambiente. Deberían acordonar algunas zonas para que no pudieran pasar. La única zona libre es la sala Común de Slytherin. Y a veces ni siquiera eso...
Era extraño que hubiera algún sangre sucia en Slytherin, pero como todo, incluso eso tenía sus excepciones.
-Seguro que a Rabastan le dices lo mismo -dije con un punto de malicia cuando mencionó lo de su Lestrange favorito- Nada, como siempre -sonreí encogiéndome de hombros- En realidad estoy muerto por el entrenamiento. Dos horas aguantando el bate y golpeando bludgers es agotador... ¿A quién se le ocurre?

Escuché lo que decía sobre los sangre sucia... era deprimente ver cómo este Colegio, que se supone es uno de los más prestigiosos de Europa, pudo haber caído ante la contaminación de la sangre, permitiendo que seres indignos estudien magia. Cuando dijo que a veces los sangre sucia caían en Slytherin, hice una mueca de desagrado - lástima que ello ocurra en casas tan nobles como la nuestra... Salazar Slytherin debe estar retorciéndose en su tumba - dije sin ocultar el asco - los sangre sucia deberían desaparecer - dije cruzándome de brazos.
Cuando dijo que a Rabastan le decía lo mismo, que era mi Lestrange favorito, lo miré con molestia... jamás le había dicho eso a Rabastan, pero le seguiría el juego - sí, pero a él le miento - dije sonriendo mientras le guiñaba un ojo.
Empezó a quejarse del entrenamiento y sonreí - al menos no tienes que atrapar una snitch con un encantamiento desilusionador... me duelen la cabeza y los ojos como no tienes idea - me quejé - pero al menos, eso nos ayudará a ganar la copa - sonreí

Asentí cuando mencionó que Salazar Slytherin estaría retorciéndose en su tumba.
-Con razón desapareció cuando el idiota de Gryffindor quiso aceptar a los sangre sucia -dije con una mueca de repulsión- En fin, todo cambiará espero que muy pronto -musité pensando en el mundo de posibilidades que se abría ante los magos de sangre pura si el sistema cambiaba.
Sonreí cuando dijo que a Rabastan le mentía. No me extrañaba, mi hermano no hacía demasiados méritos para ganarse el cariño de Lynn.
-Todo sea por quitarle la copa a los gatitos de Gryffindor -dije encogiéndome de hombros.

Le dediqué una sonrisa sincera cuando dijo que todo cambiaría y que esperaba que fuera pronto. Yo sabía que él, al igual que varios Slytherin de su edad, se unirían a Lord Voldemort, ese sabio y genial mago, defensor de los derechos de los sangre puras, que buscaba descontaminar el mundo mágico - espero de corazón que sea como dices, Roddy... Lord Voldemort sabe lo que hace y está haciendo respetar a todas nuestras prestigiosas familias, condenadas a vivir rodeadas de inmundicia, porque el Ministro es tan incompetente y miedoso que no se atreve a hacero - sentencié con frialdad.
Cuando dijo que les quitaríamos la copa a los gatitos, me reí - los gatitos no sabrán qué les pasó por encima... miau! - dije riendo, mientras lo abrazaba

Sonreí cuando dijo que Lord Voldemort sabía lo que hacía. Mi padre era un firme seguidor de sus ideales, y probablemente Rabastan y yo nos uniríamos a él al salir de Hogwarts. Bueno, suponiendo que Rab se centrara.
-Por suerte hay muchos alumnos que piensan como nosotros -afirmé sonriendo- Mientras estamos aquí podemos hacer valer esas ideas -y así lo hacíamos mediante travesuras, escapadas y bromas pesadas. Aunque por encima de todo eso estaba nuestro rechazo ante los impuros.
Reí correspondiendo a su abrazo cuando dijo que le pasaríamos por encima a los gatitos.
-Sólo espero que a Sarah no se le ocurra programar sesiones de tres horas o acabará matándome -reí.