Saldando cuentas [Harold]

- Sólo espero que no volvamos a pasar por esto nunca más - dije dándole a entender que no importaba, de todos modos yo también lo había dejado verme llorar y era de los pocos que podía decir eso. - ¿Podemos ir mejor a la sala de los menesteres? Me parece que esta noche me gustaría estar contigo

A pesar de ello, aún no me sentía capaz de besarlo, mucho menos de otras cosas, eso llevaría tiempo y necesitaba poder trabajar con ello yo sola porque una herida así no desaparecía

El se detuvo y la miro -¿ hablas en serio? - Harold habia entendido que ella todavia estuviera dolida y no quisiera estar a solas con el.

Asentí y luego lo miré directamente a los ojos.

Escucha Harold, aún me duele lo que hiciste, hará falta mucho para que yo vuelva a confiar en ti como lo hacía antes, pero también quiero estar contigo, porque sin eso entonces jamás volveremos a tener algo como lo que teníamos, sólo quiero sentirte a mi lado, dormir juntos como lo hicimos el otro día...no creo que pueda soportar mucho más y tú?

El sonrio y se acerco a su rostro, estaba por besarle pero dejo un beso en su mejilla - quiero sentir tu calor a mi lado todos los dias de mi vida... - dijo con una sonrisa, el iria poco a poco, queria recuperarla por completo, y tenia un plan para hacer aquello - vamos a dormir amor

Sentí como besaba mi mejilla y yo sólo suspiré satisfecha, yo creía que Harold y yo éramos lo suficientemente fuertes como para poder salir de esta situación muy bien parados. Sólo faltaba que ambos aprendiéramos a vivir con ello y a superarlo poco a poco.

- Harold, yo sé que esta situación no es nada fácil para ti, pero te agradezco que hagas esto - dije besando su cuello suavemente en gesto de cariño

El asintio - yo hare lo que quieras.. no quiero verte triste de nuevo.. no por mi culpa - miro al frente , algunos alumnos los miraban al pasar, una escena algo peculiar, el nada mas los fulminaba con la mirada, para que no se metieran donde no les llamaban

Yo cerré mis ojos y dejé que Harold me conduciera...a donde quisiera, en realidad estaba demasiado cansada, tantas emociones en tan poco tiempo me habían dejado agotada, así que con que pudiera acostarme en algún lugar cómodo, yo no tenía inconveniente, además no quería llegar a mi habitación a dar explicaciones.

Apreté mi agarre al cuello de Harold pero sin lastimarlo y apoyé mi mejilla a su pecho, sintiendo y oyendo los latidos de su corazón.

- Estoy cansada

- ya vamos a llegar.. duerme... - le dijo despacio mientras comenzaba a subir las escaleras para llegar a la sala de menesteres, faltaba poco, el ya pensaba en el lugar perfecto para que ambos durmieran

Escuché que Harold me decía que ya casi llegábamos y que me podía ir durmiendo, la verdad mis fuerzas iban mermando y mis ojos ya casi no podían mantenerse abiertos, pero la verdad era que yo no deseaba dormirme, quería seguir viendo a Harold, quería asegurarme de que no me dejaría.

- ¿Vas a quedarte conmigo? - le pregunté mientras un pequeño bostezo escapaba de mis labios

Harold estaba cansado y agotado pero no podia decaer ahora la tenia que cuidar - por supuesto - dijo en el momento que llego a aquella pared, penso en el lugar perfecto y una puerta aparecio, el sonrio y entro con Sarah en brazos - espero no te moleste.. que sea algo sencillo - la habitacion, era el cuarto de Harold en su casa, sus cosas estaban ahi, su escoba favorita, su librero con cada uno de los libros que el adoraba, uno que otro eran regalo de Sarah

Él me aseguró que se quedaría conmigo y yo sonreí casi imperceptiblemente, abrí mis ojos cuando entramos y vi que se trataba de la habitación de Harold de la mansión Potter. Yo no pude evitar soltar una risita, aún recordaba cómo nos había encontrado la señora Potter la NAvidad antepasada, no estábamos haciendo nada malo, sólo nos estábamos besando sobre la cama, y se puso como loca a gritarle a Harold y yo lo único que podía hacer era reírme.

- ¿Te acuerdas de esa Navidad? - pregunté sabiendo que no necesitaba especificar cuál

El nego para si - mama exagero.. no estabamos haciendo nada malo - penso en una pijama para Sarah y para el y aparecieron al instante - aun - agrego con una sonrisa de lado mientras se comenzaba a desnudar para ponerse la pijama

Me reí un poco ante el comentario de Harold, si su madre hubiera entrado cinco minutos después...eso sería otra historia y ahí sí habríamos tenido problemas.

Miré a Harold mientras se quitaba la camisa y ver los músculos de su espalda aceleró mi pulso. Mi cuerpo reaccionaba al suyo como si nada hubiera pasado...lástima que mi corazón y mi mente no podían hacer eso. Entonces miré su mano y recordé cómo había golpeado la pared con ella.

- Harold, ven, siéntate a mi lado un momento - le pedí antes de que siguiera cambiándose

El estaba por desabrocharse el pantalon cuando la escucho, levanto la ceja sin entender de que queria hablar, se acerco y se sento a su lado - ¿pasa algo? - acaricio su rostro delicadamente como si ella fuera de cristal y para el, ella asi era, ahora mas despues de aquello que habia pasado.

Harold se sentó a mi lado y acarició mi rostro suavemente, como si fuera de porcelana y mi corazón casi se rompió con ese gesto, él de verdad trataban, pero aún era muy pronto, la vez anterior le había entregado mi corazón y la noche siguiente se había ido con Missen, así que esta vez no se lo entregaría tan fácilmente.

Yo tomé su mano entre las mías y la palpé suavemente y me dic uenta de que, afortunadamente, no había huesos rotos. Pensé en un ungüento para su mano y cuando apareció sobre la mesita de noche lo tomé y comencé a untarlo con delicadeza en la mano de Harold. Hacr eso mientras mi mente rememoraba cómo él la acariciaba hizo que dos lágrimas resbalaran por mis mejillas, me las sequé rápidamente y me levanté de la cama, dándole la espalda. Esto no iba a ser nada fácil.

- Listo, eso era todo - le respondí y tomé mi pijama para irme a cambiar al baño ya que no era capaz de hacerlo frente a él

El observo cada uno de sus gestos, estaba tentado a besarla, no paso desapercibido para el aquellas lagrimas, e hizo una mueca estaba por decirle algo cuando se levanto para cambiarse al baño, el suspiro y se termino de cambiar lo mas rapido que pudo, aquello seria dificil, pero deseaba que ella confiara de nuevo en el, aunque fuera muy dificil, lo lograria.

No volvio a la cama, ya cambiado se sento en un sillon alejado de la cama, mirando el fuego de la chimenea, intentando pensar en como hacerle para que ella lo perdonara por completo.

Entré al baño y me cambié rápidamente el uniforme por el camisón. Me lavé la cara para disimular mi piel enrojecida por las lágrimas, aunque por mis ojos no podía hacer mucho. Después de eso tomé un cepillo y lo pasé por mi cabello repetidas veces, la verdad estaba haciendo tiempo, no sabía cómo actuar con Harold y eso me desconcertaba bastante, nunca habíamos tenido que fingir el uno con el otro.

Finalmente salí del baño y me di cuenta de que Harold estaba sentado frente a la chimenea. Yo me acerqué a él y una vz atrás puse una mano en su hombro ¿Por qué tenía que ser tan difícil todo sto?

El voltio a verla cuando lo tomo del hombro, le sonrio calidamente, ellos siempre habian podido hablar abiertamente y ahora tenia miedo de herirla, de lastimarla - ve a la cama.. debes descansar - le dijo mientras tomaba su mano y la besaba , caballero, respetuoso, la fidelidad era su problema y un problema que pensaba solucionar.

Harold volteó a verme con una sonrisa que me hizo sentir mejor por unos instantes. Él me dijo que fuera a la cama y luego besó mi mano, era tan diferente, nos comportábamos como dos personas distintas y no sabía si eso sería bueno o malo a la larga.

- Ven conmigo - le pedí con voz suave

El asintio y se levanto sin soltar su mano, temia perderla, y por su culpa, pero el le sonrio sin mostrar la angustia que sentia, la condujo a la cama y espero que ella se recostara para seguirla despues el.

Me metí entre las sábanas y esperé a que Harold se metiera a la cama, una vez adentro, me acomodé en su pecho, buscando el calor de su cuerpo y el consuelo de su contacto. Cerré los ojos e inhalé profundamente, aspirando el olor tan masculino de él.

- Esa loción que traes me gusta, huele rico - susurré apoyando mi mejilla en su pecho

El sonrio de lado - Sarah... no recuerdas quien me la regalo.. y desde entonces es mi favorita - es que ella siempre tenia muy buen gusto al eliger esas cosas, el acaricio el rubio cabello de Sarah dejando que se acomodara como quisiera sobre el, el tenerla ahi con el le parecia un milagro y no pensaba perderla de nuevo.

Sonreí un poco, ya recordaba, esa loción había sido uno de los primeros regalos que le había dado a Harold, tenía razón es sólo que se me había olvidado de momento.

- Sí, ya recordé, me alegra que sea tu favorita porque a mí me fascina- le dije con una sonrisa en mi rostro.

Sentí sus caricias sobre mi cabello y suspiré con tranquilidad.

- ¿Por qué pensaste en tu habitación? pregunté por mera curiosidad

Ella le miro y observo alrededor, aquella pequeña chimenea era lo que mas le agradaba de su habitación - pense en el lugar en el unico donde te sentirias a gusto, en casa - por decirlo de alguna manera, el también necesitaba un poco de seguridad - además puedo pensar que mama entrara en cualquier momento y podre controlarme al tenerte en mis brazos - Harold Potter era Harold Potter y sabia bien de como perdia el control con Sarah, pero en todos los sentidos. El jamas le mentiria en eso a ella.

En casa, esas palabras habían dejado de tener sentido cuando mis padres murieron, y por eso les estaba tan agradecida a los Potter, porque ellos me trataban a la mar de bien cuando iba a su casa, claro, todo mientras Harold y yo durmiéramos en habitaciones separadas.

Me reí un poco cuando dijo aquello de su mamá y de su poco control cuando estaba conmigo. eso era algo que yo ya sabía, me gustaba y saber que tenía ese poder sobre él era grato, pero ahora no lo sabía, porque Missen había logrado que él me olvidara por completo por un momento.

Mi expresión se tornó seria y dejé de reír ¿es que eso siempre se iba a interponer?